|
FÓRMULA 6 – SALSA BLANCA
Póngase en una cazuela de barro á un fuego suave, un par de
cucharadas de manteca; cuando esté derretida, espolvoréese una cucharada
grande de harina (preferentemente, de avena), y se mueve con la cuchara
de madera para que la mezcla resulte homogénea. Añádase entonces en
pequeñas porciones, y agitando sin cesar, un vaso de agua tibia y una
cantidad prudente de vinagre. Sazónese con sal y pimienta blanca, y, si
se quiere, con un poco de nuez moscada. Cuando la salsa esté hecha,
retírese del fuego, y añádase una cucharadita de manteca fresca, que le
dará un sabor muy delicado.
|
Si la salsa se tuerce y se pone demasiado clara, la harina se reúne
formando grumos. Añádese entonces algunas gotas de agua fría, y agítese
vivamente con la cuchara de madera, con lo cual recobra sus cualidades
primitivas.
Si queda de ella alguna cantidad sobrante, basta calentarla al baño
de maría para aprovecharla más tarde.
Si con esta salsa ha de acompañarse algún pez, se le añadirá agua, y
se dejará un rato á medio hervor.
En la salsa blanca á las alcaparras se suprime el vinagre, y en su
lugar se añade una cucharada de alcaparras finas en el momento de servir
la salsa. La salsa blanca acompaña á los peces cocidos y á las legumbres
cocidas (cardos, nabos, etc.).
|
|
|